viernes, 26 de junio de 2015

Beber agua de mar, pseudociencia en TV3

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El otro día el programa Retrats del Canal 33 (TV pública catalana) se titulaba "Aigua de mar: font de salut", en el cual el presentador Jaume Barberà ha entrevistado a María Teresa Ilari, que se presenta como una doctora que receta agua de mar no filtrada a todos sus pacientes.

Con este arranque tan prometedor de emociones que hicieron sangrar los oídos de más de uno (a la vista de los comentarios que se le han dedicado en prensa y twitter), a lo largo de la entrevista la señora María Teresa realizó unas cuantas afirmaciones difícilmente justificables en un espacio televisivo. Como esa parte de mí algo masoca no tuve suficiente con ello, aunque ya tenía formada opinión por haber ido leyendo sobre este tema desde hace tiempo, me puse en contacto con la protagonista del programa para saber de dónde sacaba sus conclusiones y ver si de aquello había algo con fundamento. Y, como me temía, tras mirarme la prolija documentación remitida no había mucho que rascar, además de haber visto unas cuantas contradicciones entre los documentos entre sí, y entre éstos y lo dicho en pantalla, por ejemplo sobre la idoneidad de recetar agua de mar a hipertensos.

Todos los supuestos beneficios atribuidos a beber agua de mar gravitan en torno a la documentación escrita hace ciento y tantos años por René Quinton, fisiólogo y aviador francés, que recogió sus ideas en el libro “El agua de mar, medio orgánico”.

Quinton basa sus afirmaciones en que la composición del agua marina es equiparable a la del plasma sanguíneo y de ahí se sacó que el agua marina es beneficiosa para el organismo. Enunció unas cuantas leyes sobre esto (no hipótesis o teorías: leyes, que queda más contundente) muy biensonantes pero con el problema de que esas “leyes” no tienen relación con la realidad física y biológica del medio ambiente, un problemilla menor.

En aquel momento podría colar debido a la falta de conocimiento en esos temas, pero plantear de nuevo hoy en día un debate ya superado, como el de si la tierra es plana o si la alquimia tiene sentido, no tiene demasiado rigor.
Además dicho libro describe un experimento en el que se afirma haber desangrado completamente a un perro para a continuación inyectarle en sus venas agua de mar, diciendo que a los pocos días ya volvía a estar tan sano, algo que sus seguidores lo aceptan acríticamente, como si se tratase de una verdad revelada. De aquí se entiende que puedan salir algunas de las afirmaciones vertidas durante el programa, por ejemplo estas cuatro:
  • “La mayor parte de los pacientes son hipertensos y la mayoría beben medio litro de agua de mar al día”. Eso son 3 veces la cantidad diaria de sal recomendada, toda una bomba de relojería para el organismo si se realiza de manera asidua.
  • “Nosotros sabemos que el mar va matando los microbios que puedan llegar desde fuera”. Yo invitaría a mirar una gota de agua de mar al microscopio si se tienen dudas a este respecto. Aunque el agua de mar sea antiséptica no hace falta que lleguen de fuera, los hay que ya están adaptados al medio, como las bacterias Vibrio que pueden causar infecciones graves o incluso la muerte.
  • “Se ve el agua totalmente transparente, limpia, por ósmosis los microbios se deshidratan y se mueren”. Además de lo comentado anteriormente, que el agua se vea transparente no es garantía de nada per se
  • “No hay ninguna contraindicación en el agua de mar”. Y olé.
Repetidas veces cuando se ha abordado esta cuestión se plantea un problema básico y es que beber agua de mar deshidrata al cuerpo humano. El agua de mar tiene una concentración más alta que la concentración máxima de la orina para eliminar las sales. Por tanto el cuerpo humano requiere diluir esa agua de mar y para eso, si no bebemos otros líquidos el cuerpo retirará agua de los tejidos, provocando deshidratación y alterando las delicadas concentraciones iónicas del medio celular.

Con lo visto anteriormente desaconsejaría totalmente el consumo de agua de mar defendido en el programa, por muy cargados de buenas intenciones que puedan estar los que lo defienden. La emisión de este tipo de contenidos que más que dar información útil lo que hacen es desinformar debería llevar a replantearse a alguien en la cadena la manera en la que se están haciendo y contrastando las informaciones que se tienen antes de llevarlas a pantalla.


Relacionado:
Cambio agua de mar por vacunas, de Sandra Millán
Alerta magufo: salud, timos y agua de mar, de J.M. Mulet en Naukas      
¿Por qué el agua salada no quita la sed?, en El blog de Centinel

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Luis Iglesias

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